
02 Abr Vino Château Lafite-Rothschild 1998
HISTORIA:
La primera referencia conocida de Lafite data de 1234, con un Gombaud de Lafite, abad del Monasterio de Vertheuil al norte de Pauillac, la existencia de Lafite como señorío medieval está atestiguada desde el siglo XIV. El nombre de Lafite proviene del gascón «la hite», es decir, el montículo. Probablemente ya había viñas en la propiedad, pero fue con los Ségurs, en el siglo XVII, cuando se estructuró el viñedo y se consolidó la reputación de Lafite como una gran finca vinícola.
Jacques de Ségur estuvo en el origen de la plantación del viñedo Lafite alrededor de 1670 y a principios de la década de 1680. En 1695, el hijo heredero de Jacques de Ségur, Alexandre, tomó a la heredera de Château Latour como su esposa y la unión le dará Nacimiento de Nicolás-Alexandre de Ségur. Los dos dominios señoriales de Lafite y Latour se unen así para un comienzo de historia vitivinícola común.
El 8 de agosto de 1868, el barón James de Rothschild adquirió Château Lafite, muere 3 meses después de la compra, Lafite pasa a ser propiedad conjunta de sus tres hijos: Alphonse, Gustave y Edmond.
El VIÑEDO:
Comprende tres grandes áreas: las laderas alrededor del castillo, la meseta adyacente de Carruades al oeste y una parcela de 4,5 ha en la vecina localidad de Saint-Estèphe. La superficie es de 112 ha, es un terreno de grava fina, profunda, mezclada con arenas de viento sobre un subsuelo calcáreo terciario, bien drenado y bien expuesto.
Las variedades de uva son Cabernet Sauvignon (70%), Merlot (25%), Cabernet Franc (3%) y Petit Verdot (2%).
La edad media de las viñas es de 39 años, pero hay que tener en cuenta que las viñas de menos de 15 años no encajan en el gran vino, por lo que la edad de las viñas que dan el gran vino es más bien del orden de los 45 años. de media. La parcela más antigua, llamada “La Gravière”, fue plantada en 1886.
La gestión de la propiedad se lleva a cabo desde 1962 por un solo equipo que supervisa Château Lafite Rothschild y Château Duhart-Milon dada la adyacencia de las dos propiedades. Eric Kohler, director técnico de Château Lafite Rothschild y Château Duhart-Milon, cuenta con la asistencia de Christophe Congé, enólogo y enólogo, y Louis Caillard, gerente de viñedos.
Las técnicas utilizadas son, por lo tanto, completamente idénticas entre los dos Châteaux y siguen siendo tradicionales, integran un control estricto de los rendimientos, la cosecha manual y muchos trabajos realizados manualmente durante todo el año. Pocos o ningún fertilizante químico y algunas adiciones de estiércol permiten que las vides alcancen una edad alta, el arranque solo se realiza a regañadientes cuando las vides tienen generalmente más de 80 años.
Todas las barricas proceden de la Tonnellerie des Domainescon adaptación específica del “tostado” a las características del vino durante la elaboración.
LA AÑADA 1998:
La cosecha de 1998: La humedad hacían pensar que se arruinarían las grandes esperanzas nacidas de una brotación temprana, una floración uniforme, una primavera seca y un agosto abrasador. No sucedió. Quizás fue gracias a la llegada tardía de estas lluvias, que realmente sólo cayeron una vez iniciada la vendimia, mojando pero sin penetrar en la uva, hizo el milagro.
LA CATA: Château Lafite-Rothschild 1998
Variedades: 81% Cabernet Sauvignon y 19% Merlot.
-Fase visual: Color rojo oscuro tirando a picota pero más apagado, ribete teja, capa alta, todavía mantiene algo de brillo aunque ya algo opaco, lagrima media, ligeros sedimentos al final de la botella.
-Fase olfativa: Nariz no muy franca donde las notas de aromas de fruta cocida están muy presentes por lo que hemos decidido decantarlo, muy despacio para no oxigenarlo demasiado rápido, después la franqueza es más limpia donde la intensidad es alta, aromas de ciruela negra pasa, zarzamora seca, arándano seco, algo de nuez moscada, carnico, un fondo vegetal seco como hojas secas de monte bajo como el tomillo, el romero, la mejorana.
-Fase en boca: Entrada con cierta sensación golosa, la tanicidad agarrándose un poco atrás resultando una sensación seca endulzante como de regaliz natural o palulú, la acidez baja, alcohol bien integrado, cuerpo medio, mantiene los registros de aromas que hemos detectado en nariz con sabores que recuerdan a los citados, fruta negra pasada como la ciruela, notas de cárnicos como el carpaccio de ternera o recuerdos de caza, herbáceo, con un final vegetal y largo en el posgusto.
Momento de consumo: No es una de las mejores añadas, de hecho, se nota por la baja acidez que hace que al beberlo solo sin armonizarlo resulte algo pesado, vino que paso ya su mejor momento y en los últimos años va a seguir perdiendo, por lo que recomendamos beberlo ahora, siendo este un vino gastronómico.
Temperatura de servicio: 16 grados.
Maridaje: Guisos de carne, guisos de caza menor y mayor, carnes rojas y maduradas, callos a la madrileña, aves en salsa como el pollo pepitoria, al ajillo, config de pato, Foie a la plancha, asados de cordero y cabrito, gastronomía de burdeos como el entrecôte a la Bordelaise, El Magret de Canard con salsa de vino tinto y chalotas, la Garbure, quesos semi y curados sin quesos azules, postres sin demasiado chocolate, creme brulee, biscocho, tarta de Santiago, milhojas de crema pastelera y vainilla.